Luego de dos meses del terremoto en Haití, nos detenemos a echar una mirada atrás para recordar y evaluar al camino recorrido durante todo este tiempo. Y nos encontramos con una gran historia y con muchos rostros. Muchos de ellos conocidos, otros nos resultan totalmente novedosos, pero todos: cercanos. Y decimos que es una “gran” historia porque a través de muchos signos experimentamos la presencia del Gran Amor.
Ciertamente que la historia no la hemos estado escribiendo nosotros. En esta ocasión nos ha tocado asumir un rol particular, junto a los protagonistas. Hemos formado parte de un entramado de situaciones que han ido conformando la realidad que hoy enfrentamos: LA TRAGEDIA DEL PUEBLO HAITIANO
Comencemos a hacer memoria. ¿Qué o quíénes son Promicla? PROMICLA es una Fundación y surge del amor. De un amor que urgía a un grupo de Seglares y Misioneros Claretianos de las Antillas a dar respuesta a las necesidades económicas de la gente que vive y participa de la misión claretiana en el Caribe: Puerto Rico, República Dominicana, Haití, Cuba. Somos personas que sentimos los problemas de nuestra gente como nuestros y que en función de nuestra vocación misionera y claretiana optamos por los pobres y excluídos en Antillas.
Historia:
Nace la Fundación (Promoción Misionera Claretiana de Antillas) el 25 de septiembre de 2008 y con ella la gran responsabilidad y compromiso de poder mirar al corazón de todos, de poder extender nuestras manos a todos, de poder aliviar, consolar y ayudar a todos, como lo haría nuestro mismo Señor; como lo hizo Claret. La tarea es complicada.
Nuestra realidad:
Somos tres islas separadas y conectadas a la vez por el Mar Caribe. Esta realidad geográfica afecta la comunicación y la transportación entre las tres islas. El impacto económico es realmente alto. Las realidades culturales, religiosas, sociales, políticas y económicas son diferentes aunque nuestra identidad caribeña es notable. Pero ante todo, hay una realidad que permea todo el Caribe, el fuego abrasador del Espíritu que va iluminando todo, que va haciendo posible la comunión.
Terremoto en Haití:
El 12 de enero de 2010, Haití se despierta ante el horror de experimentar una tragedia que jamás hubiera imaginado. Se enfrentó al terrible dolor de perder a más de 225,000 de sus hijos, a encontrarse en una miseria tan vergonzosa como dolorosa. Y ante el grito de tantos hermanos sufrientes, PROMICLA, que comenzaba a abrir sus ojos, tuvo que lanzarse a correr cuando apenas había aprendido a gatear. La historia, la gran historia se comenzó a escribir…y aún no se ha terminado.
El terremoto ha destruido el palacio presidencial, el de justicia y la sede de recaudación de impuestos. El 90% de las sedes ministeriales están dañadas o hundidas. El terremoto también destruyó las universidades y edificios emblemáticos de la cultura haitiana, como el colegio de San Luis Gonzaga. Muchas casas de Puerto Príncipe están marcadas con una frase en rojo: “A demoler”. Es su sentencia... En algunas esquinas surgen otros carteles: “We need help”.
Puerto Príncipe se ha convertido en una zona devastada y solitaria donde la vida lucha por abrirse camino, vestida de pobreza y de tristeza. Donde la solidaridad ha hecho fiesta y gala de su nombre, donde se han paseado la compasión, la fraternidad, el consuelo, el Amor en medio de la muerte, de la destrucción, de la nada. Haití ha comenzado a escribir otra historia y éste es sólo el principio de muchos años de esfuerzo y de perseverancia para que este país pueda ponerse en pie.
PROMICLA se ha enfrentado a una gigantesca desnudez total y cruel de miles de hermanos haitianos. Nos enfrentamos a dos grandes emergencias simultáneas: el hambre y la falta de techo. Pero en esta historia han ido apareciendo muchos personajes que han ido dando luz a renglones confusos y diálogos inconclusos: los donantes.
Donantes y donativos:
Promicla ha sido apoyada por tantas personas que sería un error imperdonable mencionarlos porque no queremos tomarnos el riesgo de olvidar a alguno y por respeto a los amigos anónimos. Gracias a las donaciones recibidas hemos podido:
Dar dinero a las comunidades para los gastos de emergencia
Facilitarles los primeros auxilios
Llevarles:
comida
agua,
casetas de acampar
artículos de necesidad básica como jabones, pastas dentales, etc.
medicamentos
generadores de energía (plantas eléctricas)
tanques de agua potable
baños sanitarios portátiles
vehículo para que puedan distribuir las ayudas a la gente
carpa para las celebraciones litúrgicas y actividades de promoción humana
• Organizar casi ininterrumpidamente brigadas de médicos y enfermeras desde el 14 de enero hasta hoy.
• Pagar pasajes para los médicos y medicinas.
• Asumir los costos de acarreo de camiones y transporte marítimo de los artículos recolectados en los centros de acopio (uno en Puerto Rico y otro en República Dominicana)
• Trabajos de limpieza y remoción de escombros en el lugar de la Parr. San A. María Claret que quedó completamente derrumbada tras el terremoto.
• Alquilar maquinaria para apoyar las labores de remoción de escombros.
Asignación pendiente (de cara al futuro)
1. Queremos habilitar el ya existente Centro de Nutrición que sirve además a los envejecientes en Jimaní, como centro de operaciones. Deseamos habilitarlo con mayores facilidades y habitaciones para tener lugar para la formación y el encuentro. Además, esto posibilitará establecer el Programa de Voluntariado que apoyará la misión de Haití. De tal modo que pueda darse cauce a los ofrecimientos de personas y grupos que desean ayudarnos en las áreas de formación, construcción y promoción humana.
2. Se preparará y acondicionará un terreno que ya ha sido adquirido para construir una casa de vivienda para la Comunidad Claretiana que aún se encuentra durmiendo en el patio de su casa hoy destruída.
3. Se costeará el envío de más de mil mochilas para niños(as) que contienen una merienda, libros de colorear, crayones, lápices, bolígrafos y otros útiles.
Además de distribuir agua y comida es urgente ser oportunos y eficaces para poder ayudar a más de un millón de personas sin techo que viven hacinadas en campamentos improvisados y que tienen el agravante de estar desprovistos de lo mínimo para afrontar las lluvias que se avecinan.
Otro problema existente es que la carretera que une el puesto fronterizo de Jimaní con Puerto Príncipe se está desmoronando. Los especialistas dicen que no está preparada para soportar el tráfico de camiones. Se teme que el lago Enriquillo que la bordea sea un peligro dormido que despertará en las primeras lluvias de la temporada de huracanes (junio-noviembre).
Hemos querido escribir esta carta porque hay muchas personas a las que nos debemos, las que con toda justicia merecen tener información y conocer qué hemos hecho con sus donativos y qué tenemos proyectado de cara al futuro. Y nosotros quisiéramos hacerlo con mayor velocidad y eficacia, pero nos traicionan los lentos ritmos de Haití que se imponen por la falta de recursos humanos, por la dificultad de la lengua, etc.
La historia sigue escribiéndose. Y PROMICLA continuará trazando sus líneas con la ayuda de ustedes que han confiado en nosotros, que han querido acercarse a nuestros hermanos haitianos por medio de nosotros, porque han sido junto a nosotros, portadores de Esperanza.
Hace mucho tiempo que aprendí que hay ocasiones que no tenemos palabras para expresar el sentimiento de un corazón agradecido y siempre quedé con el deseo frustrado de poder inventar una. Aún no lo logro pero siento que estoy cerca ya de ello. Por lo pronto acudo a lo que tengo disponible: ¡ GRACIAS, GRACIAS, MUCHAS GRACIAS !
Nancy Burgos, sc.
No hay comentarios:
Publicar un comentario