Hace una hora y media sentimos -siempre con temor y respeto- un temblor un poco grandecito ya, más que adolescente.... A los cinco minutos llaman de nuestro Centro-hospital informando que todos los niños pacientes y sus familiares han salido despavoridos al patio con sus mantas y colchonetas, a la intemperie de la noche fresca... Hemos tenido que acercarnos de nuevo para calmarlos, e intentar persuadirles para volver de nuevo al interior. Nuestro tiempo y nuestros traductores nos ha costado, hasta que por fin, a regañadientes, han aceptado volver a las salas dormitorio... C'est la vie! Que el Señor tenga misericordia de nosotros.
Un fuerte abrazo desde este pueblo-frontera
Carmelo, cmf.
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